EL
UNIVERSAL: Tenemos presidente (Pág. 14)
Vicente Fox Quesada
El 1 de julio México refrendó su
compromiso de creer en la máxima expresión de la democracia: el voto. Hoy
México ha tomado en sus manos el destino del país.
Hoy México tiene nuevo presidente.
Hoy los demócratas se suman y cierran filas en torno al presidente electo sin
vacilación. Fue una contienda ampliamente plural y participativa. Ganó el
mejor, como sucede en una buena democracia.
Pero no basta con votar y luego
abandonar la participación política. La responsabilidad no excluye a nadie. Al
contrario, el cambio verdadero, profundo, radical, vendrá de todos, o no
vendrá.
Hoy todos somos responsables de que
el mandato que otorgamos en la elección se cumpla. Mandato de cambio para
instaurar un ejercicio democrático del poder y para transparentar la
gobernanza.
El cambio, la alternancia, el pasar
a un nuevo paradigma reclama audacia, imaginación y coraje. Como decía Albert
Einstein: “Hay que cuestionar el conocimiento convencional, hay que retar lo
hasta hoy establecido”.
Requerimos que nuestro país
progrese. México tiene frente a sí el gran desafío de cerrar la brecha con
otros países que van delante. México debe derrotar con urgencia la pobreza.
México debe ofrecer oportunidades a todos los connacionales. México requiere de
ciudadanos que reflexionen y actúen en armonía con los sectores público y
privado con una visión comprometida de desarrollo.
México debe aprovechar sus
relaciones con la Unión Europea, fortalecer su comercio con China y hacer
alianza con India (estas dos últimas llamadas a ser las potencias más potentes
para el 2050). México debe revivir el NAFTA y fortalecer su comercio con EU y
Canadá. En suma, México debe volver a ser líder en Latinoamérica. Que la fuerza
y energía del país no se detengan por la distracción, el ruido ni la intención
de división entre los mexicanos.
Las tres últimas administraciones
(Zedillo, Fox y Calderón) han terminado frustradas porque nos ha sido imposible
lograr la aprobación de las propuestas sometidas en el Congreso debido a la
falta de consenso. No se han tomado las decisiones que el país requiere. Hemos
perdido 18 años sin hacer las reformas energética ni fiscal, ni laboral, ni
educativa.
Debemos dar un nuevo impulso a la
convocatoria de reformas del Estado, integrando las coincidencias que nos
lleven a la construcción de un sistema político y a un Estado de derecho
vigoroso y justo. Debemos anteponer a nuestras diferencias, la única
coincidencia posible: México
Hoy el imperativo es consolidar el
tránsito a un sistema en el que todo poder esté subordinado a la norma jurídica
y en el que la representación popular recaiga sobre los hombros del Congreso de
la Unión y no en los partidos políticos. Un México de leyes, un México de
reformas, un México de instituciones será, siempre, un México fuerte.
No es con el abuso del poder como
se fortalecen los gobiernos, sino con el respeto a la voluntad popular.
Hoy todos, sin excepción, sociedad
y gobierno, estamos comprometidos a realizar un renovado esfuerzo para
emprender con ánimo constructivo esta etapa de transición y consolidar una
nueva cultura política, sustentada en el respeto a los valores democráticos de
libertad, paz, pluralidad y tolerancia.
Los
mexicanos debemos cerrar filas para apoyar decididamente a quien ganó la elección
presidencial. Reafirmemos la voluntad popular y contemos con los elementos
necesarios para ejercer nuestro derecho a exigir y asegurar un siguiente
gobierno democrático y transparente que rinda cuentas del mandato conferido.
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