miércoles, 4 de julio de 2012

La dolorosa pérdida de una buena herramienta


MILENIO [Duda razonable]: La dolorosa pérdida de una buena herramienta (Pág. 14)
Carlos Puig

Ciro Gómez Leyva anunció el lunes en la noche en MILENIO Noticias que por lo pronto, esta casa se retira de patrocinar y publicar encuestas electorales. El anuncio es producto de un trago muy amargo para esta empresa informativa, cuando el domingo por la noche los resultados de las elecciones se alejaron, y mucho, de lo que el miércoles anterior habíamos dado a conocer. Esa encuesta fue la última en la serie diaria —tracking poll— que por primera vez se intentó en México para una elección presidencial.
Con la entereza que le conocemos los que hace muchos años tenemos el privilegio de trabajar con él, Ciro ha pedido disculpas a lectores, televidentes y radioescuchas en nombre del grupo MILENIO, y ha aceptado que, en esta ocasión, fallamos.
La novedad del ejercicio de MILENIO/GEA-ISA, el hecho de que fuera dado a conocer todos los días por todas nuestras plataformas, y la relevancia de nuestra marca, ha puesto el foco en nuestro ejercicio.
Pero la elección ha sido un desastre para toda la industria que se dedica a la investigación de la opinión pública y los medios que confiaron en ella. El último promedio de 6 encuestas publicadas ponía en 16 puntos la ventaja entre Enrique Peña Nieto. Es decir, 10 puntos porcentuales de diferencia con lo que en verdad sucedió.
Se vea como se vea, eso es una catástrofe mayor.
De poco servirá hoy celebrar que algunas se salvan porque estuvieron más cerca. Esas mismas que ahora le atinaron estuvieron muy lejos hace seis y tres o cuatro años. Nadie se salva: el candidato de las izquierdas presentó, unos días antes de las elecciones, un estudio que lo ponían dos puntos arriba de Peña, el PAN publicó otra en la que su candidata estaba en el segundo lugar.
Escucho algunas primeras explicaciones de los expertos, de los dueños de las casas encuestadoras y los oigo un poco pasmados, estupefactos. Los últimos meses habían vivido en el confort de la homogeneidad, en el que todos coincidían en sus resultados. Así, todos han fallado.
Se han lanzado acusaciones de corrupción con ligereza. Ninguna probada. Se han equivocado encuestadores de izquierda, derecha y centro, grandes y pequeños. El problema está en otra parte y, por los resultados, parece grave.
Ya se reunirán entre ellos, analizarán sus técnicas, sus métodos.
Por lo pronto, después de esta elección pasará un tiempo para que en el país alguien confíe en una encuesta electoral.
Una lástima. En cualquier país desarrollado se da por sentado que los estudios de opinión son de fiar.

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