José Cárdenas
El guión de la película ya estaba escrito. López Obrador no hace
más que seguirlo al pie de la letra para protagonizar la segunda representación
sexenal de su puesta en escena, mala por conocida… e imponernos su agenda,
buena por (re)conocer.
A nadie extraña que el candidato de “las izquierdas” se niegue a
aceptar la derrota… tampoco sorprende el camino trazado para impugnar la
elección.
El único matiz está en el discurso.
Dice que respetará la ley y actuará en todo momento conforme a
derecho… y tiene todo el derecho.
–¿El mismo que tienen sus paleros de amenazar con la beligerancia
en defensa del voto?
¡Cuidado!… López Obrador evade cualquier posibilidad de mandar al
diablo a las instituciones, por lo menos en sus dichos… y por lo menos hasta
ahora… pero corta cartucho y enseña “fierros” y “perros”.
Si Andrés Manuel aún no manda al diablo a las instituciones, sí
las somete a difícil examen… a título de suficiencia.
La ruidosa demanda de abrir “todos” los paquetes electorales y
contar voto por voto, casilla por casilla, no persigue el afán de transparentar
una elección que, sólo para él, y sus paleros inconformes, estuvo plagada de
irregularidades e inconsistencias.
Andrés Manuel sabe que el recuento de la elección presidencial no
puede ser producto de la buena voluntad de nadie.
La ley es muy clara.
El código electoral (Cofipe) establece en su artículo 295, inciso
“D”, las únicas tres razones para abrir los “paquetes” de la votación:
“I. (Cuando) Existan errores o inconsistencias evidentes en los
distintos elementos de las actas, salvo que puedan corregirse o aclararse con
otros elementos a satisfacción plena de quien lo haya solicitado;
“II. (Cuando) El número de votos nulos sea mayor a la diferencia
entre los candidatos ubicados en el primero y segundo lugares en votación;
“III. (Cuando) Todos los votos hayan sido depositados a favor de
un mismo partido” (las famosas casillas zapato).
Pero el caso es que la izquierda y su abanderado se vuelven a
mostrar como contendientes “semileales”. Sólo aceptan las reglas cuando los
resultados les favorecen, como en el caso de la aplastante victoria de Miguel
Ángel Mancera en el DF, y las curules y escaños ganados para el Congreso… Y
cuando no, ¡pues no!
Así que, por lo pronto, y aunque no lo admita, el IFE anunció el
recuento de votos en 78 mil 12 casillas de la elección presidencial (más de la
mitad); 87 mil 800 para senadores y 86 mil 328 para diputados… por
inconsistencias… porque lo exige la ley electoral… y también la “Ley la de la
Selva”, así se anuncie como el ejercicio de transparencia más grande en la
historia electoral del país…
MONJE LOCO: Precisamente,
no hay “loco” que coma lumbre… por eso el IFE calma a los leones, antes de
entregar el circo… y habrá de (re)contar… todo, no… nomás tantito.
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