jueves, 5 de julio de 2012

REFORMA [Jaque Mate]: “Fraude electoral” (Pág. 14)


Sergio Sarmiento

`La elección, a todas luces, no fue ni equitativa ni limpia`. Andrés Manuel López Obrador.
José Woldenberg corrió con suerte. Todavía el 2 de julio del 2000, cuando era presidente del IFE, Vicente Fox hablaba de un gran fraude electoral que se maquinaría con apoyo de Televisa. Sin embargo, antes de que hubiera resultados del PREP, sobre la base de encuestas de salida y conteos rápidos, el presidente Ernesto Zedillo y el candidato del PRI, Francisco Labastida, reconocieron el triunfo de Fox, que tuvo un margen de 6.4 por ciento.
Las cosas fueron mucho más difíciles para Luis Carlos Ugalde, quien manejó unos comicios que se resolvieron por una diferencia de 0.56 por ciento. El candidato en segundo lugar, Andrés Manuel López Obrador, nunca reconoció el resultado y al final Ugalde y otros consejeros electorales fueron destituidos por haber cumplido la ley en vigor.
Para este 1o. de julio la gran esperanza era que la contienda, sin importar el ganador, se resolviera por una diferencia amplia. Efectivamente, el triunfador obtuvo, según el PREP, una ventaja de 6.5 puntos porcentuales o 3.2 millones de votos. Pero de nada sirvió. López Obrador ha desconocido una vez más el resultado.
Woldenberg ha señalado que `pueden producirse irregularidades en una casilla o en un conjunto de casillas, pero un fraude maquinado centralmente es imposible`. El ex presidente del IFE
lo dice no por inclinación política hacia el PRI -él es más bien un hombre de izquierda- sino por su conocimiento del sistema electoral.
¿Tiene razón López Obrador en afirmar que por segunda ocasión ha sido víctima de un fraude? Andrés Manuel dice que hubo compra de votos... y quizá tiene razón. Hay indicios de que todos los partidos recurrieron a esta práctica, pero los mayores responsables parecen haber sido los priistas. El problema es cómo cuantificar esta compra. No hay información para saber cuánto se gastó ni cuántos votos cambiaron de destino. La simple recepción de una despensa del PRI -o de una tarjeta de ayuda a adultos mayores del gobierno capitalino- no garantiza el sufragio de un ciudadano. El propio López Obrador pidió a los electores durante la campaña que aceptaran los regalos del PRI y votaran de conformidad con su conciencia ¿Por qué cambió de opinión ahora y piensa que estas prácticas son motivo de nulidad de toda la elección?
López Obrador también señala una supuesta inequidad en la cobertura de medios. Sin embargo, el monitoreo del IFE, elaborado por técnicos de la UNAM, desmiente esta afirmación. Y si bien es cierto que Peña Nieto gozó de una cobertura importante de radio y televisión antes de la campaña, también la tuvieron el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, y el propio López Obrador, quien estuvo en campaña durante seis años.
Si el fraude fue producto de inequidad en medios o de compra de votos, ¿por qué hay que volver a contar todos los votos? Ricardo Monreal dice que hay irregularidades en 113 mil de las 143 mil actas. Es posible. Pero como ya quedó de manifiesto cuando se abrieron 2,800 paquetes en 2006, la enorme mayoría son simples errores de los ciudadanos que participaron de forma voluntaria en las casillas. Cuando se abrieron esos 2,800 paquetes sólo se encontraron errores que se compensaban unos a otros... y eso que se abrieron principalmente casillas en que había ganado Calderón.
Escribo esta reflexión antes de conocer el recuento de 78 mil paquetes, más de la mitad de los 143 mil de la elección. Habrá que ver los resultados, pero no me hago ilusiones. Me parece que López Obrador no aceptará ningún resultado electoral que no sea su triunfo.

EL SORIANA
Una vez más se castiga al menos culpable. Cientos de personas acudieron a un Soriana en Iztapalapa para hacer compras con supuestas tarjetas del PRI (que el partido niega sean suyas). El gobierno del Distrito Federal ha reaccionado cerrando la tienda… porque supuestamente no tenía un plan de protección civil.

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