jueves, 5 de julio de 2012

Los criminales y los votos [Julián Andrade]

El tema del crimen y de su percepción también jugó el domingo pasado. Josefina Vázquez Mota ganó en Nuevo León y en Tamaulipas y lo hizo porque la ciudadanía está desesperada por lo que está ocurriendo.
La candidata del PAN fue puntual al señalar que la lucha contra los criminales continuaría y lo hizo desde plazas públicas tamaulipecas y en lugares donde la delincuencia organizada tiene una presencia importante.
En Nuevo León ocurrió algo asimilar y el mensaje fue captado y apreciado por quienes sufragaron el domingo.
Una de las explicaciones a esta situación es que franjas importantes de la sociedad no quieren una retirada de la presencia federal y que permeó el mensaje de que esto podría cambiar si ganaba un partido político distinto.
En el gobierno federal insisten en que el despliegue de operativos conjuntos responde a peticiones de las autoridades estatales y que su continuidad tiene que ver con el apoyo que reciben las fuerzas federales en poblaciones que han sido presas de la criminalidad.
Sacar el Ejército de algunas poblaciones significaría, no quepa la menor duda, dejarlas a merced de los bandidos.
En pocas palabras, es importante que se mande un mensaje claro a poblaciones que la han pasado realmente mal y que conocen la fuerza perversa de los capos de las drogas y el delirio violento de los sicarios.
Es ahí donde se tiene que hilar más fino y sobre todo trabajar en la recuperación de los espacios públicos y en la reconstrucción del tejido social.
Uno de los retos del próximo gobierno será el desarrollar estrategias que justamente respondan a lo que ocurre en comunidades concretas, ya que lo que varía en cada estado del país, en cada ciudad o pueblo, puede ser vital para obtener buenos resultados.
No hay que equivocarnos; si bien los grupos del narcotráfico no tuvieron una actividad sustantiva el domingo electoral, el lunes por la madrugada intentaron matar al secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas al colocar un auto-bomba afuera de su residencia, lo que le costó la vida a dos de los escoltas del funcionario y dejó siete heridos más, cuatro policías y tres civiles.
Desde hace años han tratado de establecer una agenda de miedo y es probable que continúen haciéndolo, más aún en el tránsito entre una administración y otra.
Por ello fue importante que el candidato triunfador a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, haya dejado en claro que el combate a los criminales continuará, aunque con ajustes que garanticen la construcción de la paz.
Es esa tensión entre la necesidad de enfrentar a grupos peligrosos y la de corregir lo que no está funcionando una de las tareas más importantes para el futuro.
Ambas cuestiones pueden parecer por momentos excluyentes, pero más vale que quienes deciden no lo vean así.
Al parecer la mejora de la situación tendrá que ver con esas dos condiciones: tranquilizar a poblaciones en riesgo y avanzar en una política que establezca una verdadera seguridad ciudadana.

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