Felipe Calderón Hinojosa, a cuatro meses para
entregar la presidencia de la república, nunca vio ni verá la viga en su propio ojo; ahora,
olímpicamente, magnifica la paja en el ojo de Enrique Peña Nieto. El panista se
agandayó la presidencia, en el 2006, “aiga
sido como aiga sido”, e ingresó a Los Pinos por la puerta trasera del Congreso.
Ahora acusa compra venta de voluntades políticas.
¿Cree usted que el señor Calderón tiene cara
para cuestionar las elecciones de este primero de julio, que le dieron el
triunfo al priísta Peña Nieto por poco más de tres millones de sufragios, pese
a las acusaciones contundentes de la izquierda y a las muy tibias del hasta el
primero de diciembre partido oficialista, de que lo que se impuso fue la
inequidad penalizada por la ley?
Sobre todo, lanzar sus críticas luego de que
él fue el primero que salió a cuadro en la televisión, el domingo 1 de julio, a
reconocer el triunfo de Enrique Peña Nieto, luego de que el Instituto Federal
Electoral anunciara las “tendencias” del voto recabadas por las encuestadoras,
al final equívocas, y por el Programa de Resultados Electorales Preliminares.
¿Ahora se le olvida su festinación y pretende aparentar de demócrata?
Calderón se solidariza con su enemigo, que no
adversario, Andrés Manuel López Obrador, como si buscara una segunda legitimación,
como ex presidente que deja un muy pesado fardo de facturas impagadas, sobre
todo en inseguridad pública y una economía boyante para los detentadores del
capital y fracturada para los trabajadores, que se debaten entre el desempleo y
la pobreza. Su elección en el 2006 fue tan cuestionada por el candidato
izquierdista como la de Peña Nieto. Ahora acusa de inaceptable la compra de
votos.
En entrevista radiofónica en el programa
Enfoque, el saliente clamó, obviamente refiriéndose al candidato priísta: “Voy
a evitar la palabra, para ser muy respetuoso, pero esta compra venta de
voluntades políticas, así sea una o 10 o 100 o mil, es simplemente inaceptable,
y hago votos porque la autoridad electoral rectifique de inmediato y la
castigue si debe castigarla”, aclarando que “el tema de las tarjetas y las
cuentas, y todo, es un tema que no digo que va a ser suficiente, no lo sé, para
descalificar una elección con esas diferencias, pero que debe ser resuelto, por
supuesto. Oye, le dijo a Leonardo Curzio, el conductor del programa, no podemos
quedarnos así nada más ‘qué tanto es tantito’ en eso.” (sic).
Pero defendió su elección como presidente por
medio voto (el ya histórico y emblemático 0.56) de diferencia, avalada entonces,
pues no era legal el recuento de voto por voto y casilla por casilla, por el
Instituto Federal Electoral y sancionada por el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación, recordando que “en 2006 se inventaron muchas cosas,
mitos y tonterías que nunca se probaron”. ¿Y cómo puede asegurar Calderón que
Peña Nieto compró voluntades políticas? ¿No serán mitos y tonterías inventadas
por la izquierda, por el mismo y por el PAN?
Está más en su derecho López Obrador, sentido
perjudicado en sus aspiraciones de ser presidente de México. Pero resulta más
prudente que Calderón, ya que el tabasqueño aún estaba “sopesando” ayer las
acciones legales que habrá de tomar su coalición en torno a la acusada
inequidad de la competencia electoral. El jueves lo sabremos, como lo prometió
ayer el izquierdista.
Difícil que prosperen las acciones legales
que anuncia López Obrador – nulidad o invalidez de las elecciones -,
independientemente de que pudiese probar que el PRI compro “5.000,000” de
votos. El presidente consejero del IFE ya le entregó la constancia de mayoría
al priísta. Y el proceso legal podría durar cinco años, como lo dijo un
consejero electoral. Y si no durara ese tiempo, júrelo que lo harían durar.
Pero Calderón no se mide.
A desfondo: El embajador en el
Reino Unido, Eduardo Tomás Medina Mora, fue mencionado ayer en un reporte del
periódico Excélsior como integrante del “equipo de transición” que acompañará a
Peña Nieto rumbo a la presidencia de la república. Medina Mora fue el primer
procurador general de Calderón. El coordinador del equipo sería, de acuerdo con
la versión, Luis Videgaray, quien fuera coordinador de campaña. La versión de
Excélsior está por confirmarse o desmentirse.
Francisco Gómez Maza
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