La imposición
La
jornada electoral del domingo 1 de julio, en lo que respecta a la
Presidencia de la República, fue el final casi perfecto del guión que se
escribió, en una mezcla de reality show y telenovela, para montar el
regreso del PRI al poder, ya no como pretendido “representante” de las
masas obreras y campesinas de antes sino de las dos grandes televisoras
que imponen sus condiciones en este país y de sus beneficiarios. El
apresuramiento del IFE, el inopinado mensaje de Felipe Calderón, el
largo discurso del personaje protagónico, Enrique Peña Nieto, y la
festiva celebración que lo siguió fueron dignos remates de un
multimillonario espectáculo que comenzó hace años.
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