La primera ocasión que escuché la
frase "Liberar libros" me resultó ridícula. ¿Liberarlos?, ¿de qué o
quién?. Qué oscuro elemento osaría tenerlos prisioneros. Resultó qué la frase,
que me pareció ridícula, planteaba el abandono de algún libro en un lugar público,
en espera de que algún afortunado lo encontrara y lo leyera, lo cual creí aún
más ridículo. Es decir, lectura por causalidad o tal vez por causalidad.
La idea me hubiera parecido buena,
incluso la hubiera apoyado, de no ser porque soy un gran escéptico. Si tomamos
en cuenta que el porcentaje de personas que lee, es mínimo, se corre entonces
el riesgo de que el libro abandonado (a la mala suerte) caiga en manos de un NO
lector, y por lo tanto, su integridad sea incierta. No sé ustedes, pero yo prefiero
que mis libros no corran la misma suerte. Sin embargo, ustedes deciden, liberar
un libro, den pistas, para ir a su búsqueda.
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